domingo, 13 de mayo de 2012

Between

Consciente de la traición, dejé de hablar y pensar en ella. Consciente de la ayuda que presté, me sentí imbécil. Consciente de haber pasado toda una infancia a su lado, me resigné a dejarlo pasar. Esperé a que dijera algo, pero acabé por resignarme también a no ilusionarme más. Y digo yo, ¿tan loco es el amor que puedes ser capaz de engañar a tu mejor amiga? Yo la entendía, pero a él no. ¿Por qué dejar a una chica por la que llevas luchando desde que la conociste? ¿Por necesidades masculinas? ¿Por orgullo? ¿Por avaricia? Idiota, ¿ya no te quedaba amor que dar? ¿Te cansaste? Le conocí cuando ella, eran mejores amigos, él sentía algo más, pero ella no. Poco a poco la fue consiguiendo, hasta que se enamoró. Eso es lo peor que pudo hacer. Aparentemente, un chico majo, bueno, pero le daban ramalazos, y malos. No lo comprendí, ni lo comprendo ahora. Sé que es difícil pensar que te han echo daño y asimilarlo, pero en esos casos lo mejor es aferrarse a las personas que de verdad se han ganado tu confianza y dejar que te ayuden. No echarlas a un lado. Sigo sintiéndome mal, noto que me falta algo, estoy bien pero mal a la vez. Bien porque yo me aferré a esas personas. Mal porque sé que no podré recuperar lo que antaño era una buena amistad, de las mejores y las más fuertes. Mal porque se irá y no la veré en mucho tiempo. Y bien porque agradezco conocer y tener dos personas de verdad a mi lado. Un consejo, no busques la fama, busca la verdad.

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